El Gobierno porteño informó que avanza en la renovación del Casco Histórico. Son más de 47 cuadras que serán puestas en valor y alcanzan 77 mil metros cuadrados de espacio público renovado, entre las calles Av. Brasil, Bernardo de Irigoyen, Av. de Mayo y Av. Paseo Colón. Las obras incluyen la recuperación de fachadas históricas como la del edificio Otto Wulff y la del Mercado de San Telmo, aumentando y mejorando la movilidad peatonal, incorporando más árboles y vegetación y nuevas luminarias.
El Plan Casco Histórico se lleva adelante en conjunto entre los ministerios de Espacio Público e Higiene Urbana y de Cultura, y la Secretaría de Transporte y Obras Públicas. Y para ver los avances de las obras participaron de una recorrida Clara Muzzio (Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana), Jorge Macri (Ministro de Gobierno), Juan Ignacio Salari (Subsecretario de Infraestructura, vivienda y coordinación gubernamental), Juan Vacas (Subsecrerario Paisaje Urbano) y Lucas Portela (Presidente de la Comuna 1).
Con este plan integral se busca mejorar el espacio público y fomentar el desarrollo cultural y turístico de esta área neurálgica de la ciudad resaltando su maravillosa arquitectura y valor patrimonial.
El Casco Histórico forma parte esencial de la identidad de los porteños y porteñas y del acervo cultural de todas y todos los argentinos, y es, a su vez, una de las grandes atracciones turísticas de nuestra ciudad.
Los edificios antiguos, las calles empedradas, las farolas, las cúpulas, las iglesias, los museos, las ferias, los espacios culturales, los bares notables, el tango; es un lugar magnético, único. El impacto de la pandemia fue especialmente duro en esta área de la ciudad, principalmente por la caída del turismo y por la migración masiva hacia el trabajo remoto.
Por tal motivo, era necesario un proyecto que la revitalizará como nuevo centro de atracción para vecinos, vecinas y turistas de todo el país y del mundo. Es un lugar que siempre estuvo lleno de vida, de movimiento; por eso nuestro objetivo es devolverle su color característico y su espíritu tan particular manteniendo, al mismo tiempo, su identidad histórica y sociocultural. Esto también implica mejorar y ampliar la disponibilidad de espacio público para que sea capaz de abrazar la diversidad de las actividades que se desarrollan en esta área y de potenciar su disfrute. Y además hacerla más accesible, más segura y más verde con más de 156 árboles nuevos.
Todo esto se traduce en calidad de vida: para los casi 300 mil vecinos y vecinas y para todos los que se mueven por el Casco Histórico por trabajo, y mejora la experiencia de los que pasan a conocerlo y visitarlo.